lunes, 6 de junio de 2011

El moro, el canelo, el zaino

El moro, el canelo, el zaino
Se dicen en otra “estampa” que, entre las aficiones más arraigadas en Cajabamba en sido: los caballos de paso y los gallos de pelea.
Y ha sido a tal punto que una vez en la calle un moro, un canelo, un zaino no solamente los aficionados se ocian leguas sobre el caballo que pasaba si no que también las niñas y los chicos al ponderar el jato la chapeada montura, el pellón sampedrano el jinete y desde luego los sires del caballo que dócil al juego de las riendas ala precio del lomo o a un toque del talón gira curvea o cuello cabriolea obedeciendo a la menor insinuación del que lo conduce y que ya no es el si querida únicamente el potro como un conquistador he aquí porque del entusiasmo y euforia del espectador pues seduce tanto el conjunto como si se tratara de una cátedra de belleza y es que nada tan criollo que un potro bien  montado y por supuesto enjaezado él y el poncho listado el protocolar pañuelo de seda blanco al cuello sombrero de palma estribos de chapas  y punteros de plata esquelas de ídem que no las usa .
En cuanto a historia del caballo nacional solo vamos a reseñar someramente que nuestro caballo de paso de raza bien definida o ya peruano ha tenido por origen el caballo español lo que es muy sabido. Acá mencionaremos en una línea y en homenaje  a sus cualidades que está entre su elegancia airosidad gallardía seducción tiene la herencia de su resistencia sobriedad y condición forrajera que le permite soportar hasta hace pocos años duras jornadas o mejor duros caminos calidades y cualidades trasmitidas del  caballo  conquistador  español hasta sus actuales descendientes. Apropósito del caballo conquistador español el mejor elegido del caballo seria el que toda la América del sur se hizo a caballo. Primero los conquistadores luego los libertadores. Acaballo la estatua de Pizarro acaballo las estatuas de Bolívar, san Martin, sucre. Cuando los españoles, un gran asombro, espanto primero y sumisión de los indígenas después, importaron el primer caballo a nuestro suelo, es cierto modo importaron su constitución política de aquel entonces.
En seguida nuestro caballo participa del antecesor en el carguío. Y es loable y traducible, en la amplia afición, que a ya producido: caballo suaves, dos elegantes resistentes, de trabajo, de paseo, de combate de poesía (“un caballo ponía un galope de cristal en la calle en pedrada”), de viaje, de chácara y más hermosos que su antecesor berberisco, más que andaluz o árabe, sin dejar denotar por otra parte que, fue hasta 1995, trasporte único a los centros de educación, serranamente ablando.
La belleza de nuestro caballo esta dicha cuando su estampa y su paso, producen en el alma, lo que llamaríamos fantasía de estar sobre el animal, sintiendo el (chaca chaca) de su paso llano (golpeado) que su diferencia de sus otros pasos, en el avance acompasado y su cavidad ala desplazarse, botando o no las manos.
El caballo de paso constituye así mismo en Cajabamba una tradición y un símbolo que viene desde los tiempos coloniales, exhibieron su aclimatación, su acriolla miento y tornándose por estas y otras razones como en un espécimen de caracteres propios , por su armonía de formas, difícil de encontrar por otras partes del mundo ; debiendo remarcar aquí , que se esa exportando a EE.UU. de América del norte muy seguramente , por la hermosura y conformación parte y arrogancia, talla y liviandad , aire , propio, en el andar y de donde viene , “lo de paso nacional”. Al guiarlo el chalan aun buen aficionado, el caballo, inmediatamente es un “animal gracioso, hábil, influyendo en esto, la cabeza pequeña, el cuello coro y encorvado, cubierto de larga crin, anca redonda, andar suave bizarro que es lo que le da estilo propio y resultando un espectáculo, una figura, un poema “vista”. desde luego, el chala, tiene su parte: lo conduce con elegante soltura como a un buen pupilo, con las riendas en una solo mano , tanto en el camino , como al entrar a la ciudad , en donde, el caballero y caballo , tienen un  gesto triunfal, silenciosamente aplaudido o “ponderado”, cajabambinamente  desde, puertas , ventanas y balcones, mientras avanzan por las calles en pos de la casona , brillando ya la seda mojada del pelambre del pelambre del sofocado potro , en lo que había tenido buena parte, la “almendra”, del bocado del freno , que era la obsesión de un buen aficionado y , mejor , de un buen chalan.
Entre mis recuerdos de buenos chalanes y aficionados, tengo los de ramón pereda, chalan que, por su, porte mayestático quiero decir que, por ello, me daba la impresión de ser,”de una solo pieza”, caballo y caballero y desde luego, para “estamparlos”, pues, fruto de las reglas de aquel maestro, fue un baile de “diacaballos” montados por caballeros, que se apunta en la “estampa” de la “marinera cajabambina”.
Entre los buenos aficionados , sin relación alguna y solo por antigüedad, tenemos a los señores(que fueron):Alberto Martin, josa Antonio y Juan Manuel veles moro , José santos Casanova, Fernando de cárdenas, Manuel martinengui , Wenceslao tenorio, Elías Iparraguirre, Teodoro José alegría, constante lapes egusquiza, José B. llave , Felipe Santiago Salaverry, José .B. sisniegas , pio Vicente rasel, julio Iparraguirre , felizardo  de cárdenas, vector y Abel caballero, Benjamín tenorio, constante y Carlos Iparraguirre y Arturo A. cuadra.

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